La reflexión del 8 del marzo

Un día que nos invita a reflexionar sobre la lucha de las mujeres por su igualdad e integración.

El 8 de Marzo es un día muy importante para las mujeres, es un día que todos debemos celebrar, homenajear, respetar y hacer respetar. 
Este día está reconocido por la ONU, Organización de las Naciones Unidas, como el “Día Internacional de la Mujer” (o Día Internacional de la Mujer Trabajadora) y en él debemos conmemorar los hechos que han marcado y cambiado la historia de la mujer en el campo laboral y en tantos otros aspectos.
Hay muchas versiones de lo acontecido un 8 de Marzo en nuestra historia, pero se trata del incendio provocado en una fábrica textil de Nueva York, donde mueren calcinadas muchas obreras que estaban allí realizando una huelga motivada por sus bajos salarios y pésimas condiciones.
Es la lucha de las mujeres por su reconocimiento y participación, una lucha que tiene el noble deseo y objetivo de la igualdad.

Las mujeres luchamos frente a distintas sociedades que nos quieren imponer el rol de madre, esposa y ama de casa. Pero poco a poco, gracias a esta lucha diaria, nuestras capacidades, valores y esfuerzos van teniendo mayor protagonismo, demostrando nuestro gran potencial.

Cuando hablo de igualdad, me refiero a los derechos, a los que nos permiten trabajar en condiciones equitativas, ganar lo mismo por las mismas actividades o responsabilidades. 
Son bastantes las empresas que se lo piensan dos veces a la hora de contratar una mujer. Muchas incluso hacen un tanteo y preguntan si tiene pareja o si tiene perspectivas de quedarse embarazada o de ampliar la familia. Toda empresa sabe que una mujer encinta supone un gasto y poco rendimiento, pero esto no debe ser nunca un impedimento para la contratación. Las empresas deben comprender que es un ciclo de vida.

Aún queda un largo camino por recorrer para lograr justos derechos e igualdades reales. Pero las mujeres contamos con una fuerza interna que puede doblarse, pero no quebrarse, somos fuente de vida y protección de esa vida, somos parte fundamental de la familia y la educación. Podemos hacer un trabajo consciente sobre todo lo que ocurre, mediante un servicio generoso, sin prejuicios y disponible para todos. 

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